Hace un par de meses fui a un centro comercial y como era de esperarse tenía en mente comprarme un libro. Mi hermanita y yo entramos a una tienda y fuimos directo a la sección de libros (que por fortuna esta a la entrada). Empecé revisar en los estantes para ver si estaba el libro que quería pero en los últimos estantes se encontraba otro libro que me había llamado la atención desde hace muchísimo tiempo, La Cámara Sangrienta de Angela Carter y tenía que comprarlo. Decidí que formaría parte de mis lecturas del maratón literario Guadalupe Reinas.
La Cámara Sangrienta es una colección de diez relatos
explícitamente basados en cuentos de hadas, en especial, de Charles
Perrault, pero también de Jeanne Marie Leprince de Beaumont, del
folclore europeo, e incluso de la radionovela, con claras influencias de
la narrativa del Marqués de Sade.
Su autora, Angela Carter, afirmó que se sentía impelida a escribir «cuentos góticos, cuentos crueles, cuentos de terror, narrativas fabulosas que tratan directamente del imaginario del inconsciente». Pero Carter no se limitó a versionar cuentos de hadas desde una nueva perspectiva, sino que los recreó por completo «al extraer el contenido latente de los cuentos tradicionales y usarlo como punto de partida de nuevas historias [...]; y el contenido latente es violentamente sexual».
Su autora, Angela Carter, afirmó que se sentía impelida a escribir «cuentos góticos, cuentos crueles, cuentos de terror, narrativas fabulosas que tratan directamente del imaginario del inconsciente». Pero Carter no se limitó a versionar cuentos de hadas desde una nueva perspectiva, sino que los recreó por completo «al extraer el contenido latente de los cuentos tradicionales y usarlo como punto de partida de nuevas historias [...]; y el contenido latente es violentamente sexual».
Este libro es una antología de diez relatos reimaginados que originalmente fueron escritos por autores muy conocidos como Perrault, Poe, etc., y lo que lo hace diferente es que abarca el tema del feminismo dándole un giro de 180 grados a sus protagonistas femeninas, que en lugar de que sean las victimas se encargan de demostrar su fortaleza además de que la autora le agrega erotismo con tintes de horror logrando reformular los populares e inocentes cuentos de hadas bajo la inspiración de las historias del Marqués de Sade logrando de esta manera que la lectura se vuelva placentera.
A esta serie de cuentos los acompañan ilustraciones elaboradas por la ilustradora chilena Alejandra Acosta que desde un principio son hermosas pero que se vuelven inquietantes cargadas de erotismo, perversión, terror y sangre transformándose junto a las historias, en una lectura llena de una siniestra belleza oscura donde no existe la diferencia entre géneros, es decir, tanto el hombre como la mujer son objetos del deseo.
Angela Carter logra reescribir los roles de género indagando en la sexualidad mientras se envuelve en una atmósfera perturbadora y violenta donde en un principio la mujer frágil, inocente y virgen es vendida a un hombre rico y dominante para ser su objeto del deseo mientras es corrompida pero conforme avanza la lectura llega la metamorfosis de la historia: el hombre se transforma en un ser débil mientras que la mujer se impone logrando el establecimiento de nuevos roles y funciones para la mujer y la apertura de vías de escape donde se libera de la opresión y violencia sexual del hombre.
El libro es una metáfora de la lucha de las mujeres a causa del sufrimiento que tienen que pasar al ser oprimidas por la sociedad y el patriarcado, experimentando violencia, perversión y dolor lo que ocasiona que busquen un liberarse por si mismas, aunque a veces la destrucción sea su única salida.
Mediante La Cámara Secreta, la pluma de Angela Carter nos ofrece una obra feminista muy bien construida para el disfrute de nuestros sentidos.
Comentarios
Publicar un comentario